La Soberana Gracia de Dios a la Naciones

Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave. Jonás 1:4

La Soberana gracia de Dios a las Naciones

Jonás 1:4-11

Invitado especial: Hno Maicol Diaz

Ilustración:
Se cuenta que, en cierta ocasión se le propuso a un hombre norteamericano que fuese a África y convenciera a una persona de una de las tribus más peligrosas del mundo la cual es la Tribu Murci de Etiopia para que viniera a Norteamérica. Si lo lograba se le daría como bonificación, un millón de dólares. También se le dijo que a esa persona de la tribu se le daría un millón de dólares como regalo. El trato era que, él no le podía decir a esta persona lo que iba a ganar, sino que debía tratar de convencerle de manera que estuviese dispuesto a venir con el norteamericano. Es interesante que este hombre norteamericano, hizo todo lo posible para poder llevar a una persona de las tribus más peligrosas del mundo a Norteamérica, viajó hasta Etiopía, tenía como barrera el idioma, la cultura y aun puso en peligro su vida para poder convencer a alguien de esa tribu, pero sus intentos no tuvieron un buen resultado pues no pudo lograr su misión de llevar a alguien de esa tribu a Norteamérica. Este hombre si estaba bien motivado, él sabía lo que iba recibir y también lo que iba a perder. Pero lastimosamente no logro lo que le propusieron. Trasladándolo a nuestro contexto, el Señor nos ha dado una misión de ir y predicar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15) pero muchas veces no hay nada en nosotros que nos motive a ir y predicar. Caemos en un conformismo, apatía y en algunas ocasiones en arrogancia ya que pensamos que este trabajo de predicar el evangelio es para el pastor o cualquier líder de la iglesia. Desconocemos el beneficio que hemos recibido y no nos importa el beneficio que recibirán los demás.
Esto no es nuevo pues es lo mismo que sucedió con el profeta Jonas como lo vemos en el libro que él escribió y para eso vamos a…

Autor: Jonás, profeta de las tribus del norte de Galilea
Fecha: Durante el reinado de Jeroboam II (793-753 a.C.) según nos dice 2 Reyes 14:25
Propósito del libro:
Mostrar la inmensidad de la gracia de Dios. El mensaje de salvación es para todos los pueblos sin distinción.
Contexto histórico:
Nínive, fue la capital de Asiria la cual era conocida por su crueldad contra Israel y Judá. Nínive, era una ciudad gentil, que fue fundada por Nimrod el bisnieto de Noe (Gn 10:6-12) Nimrod fue el que trató de construir la torre de Babel. Nínive, tenía más de 600 mil personas y era una ciudad muy impía. Los Asirios eran brutales, masacraban a sus enemigos, mutilaban a sus cautivos, se sabía que desmembraban y decapitaban, quemaban a la gente viva. Formas indescriptibles, crueles de tortura caracterizaron su conducta hacia sus enemigos. Y presentaron por un tiempo, un peligro claro y vidente en contra de la seguridad nacional de Israel. Esto llevo al profeta a sentir un gran odio y racismo contra esta nación, rehusándose a ir a Ninive y predicar un mensaje de advertencia y de juicio contra ellos.

Ahora ¿Qué le podía haber motivado a Jonás el ir y predicar a Nínive?, había muchas cosas que le desmotivaban, pero ¿habría algo que le motivara a Jonás a ir y predicar el evangelio a Nínive? Vamos a ver en este libro que:

Proposición:
Dios nos da 4 motivaciones que nos impulsarán a llevar a cabo nuestra de misión de predicar el evangelio a un mundo perdido.

  1. La comisión de Dios nos debe impulsar a predicar el evangelio a un mundo perdido. (1:1.2)
    • Es una comisión soberanamente ordenada (1:1)
    • Es una comisión soberanamente urgente (1:2a)
    • Es una comisión soberanamente misericordiosa (1:2b)
  2. La misericordia de Dios en nuestra vida nos debe impulsar a predicar el evangelio a un mundo perdido. (1:3-2:10)
    • La misericordia de Dios rechazada (1:3)
      • La falta de amor (indiferencia) nos lleva a rechazar la misericordia de Dios a los demás
      • La arrogancia nos lleva a rechazar la misericordia de Dios a los demás
    • La misericordia de Dios iniciada (1: 4-16)
      • La disciplina de Dios como muestra de su misericordia (Hebreos 12:5-11)
    • La misericordia de Dios culminada (1:17-2:10)
  3. El poder de Dios para salvar nos debe impulsar a predicar el evangelio a un mundo perdido. (3:1-10)
    • El evangelio es poder de Dios para salvación (Romanos 1:16-17)
  4. La insignificancia de nuestras comodidades nos debe impulsar a predicar el evangelio a un mundo perdido. (4:1-11)